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lunes, 13 de julio de 2009

Día complicado


Sé que a lo mejor ustedes esperan fotos del barco, de las vivencias o cualquier otra cosa menos mi cara, pero tengo solo una de ese día. Es lo que hay señoras y señores.
Por tal motivo paso a contarles lo sucedido, la razón de un día complicado.
En esta oportunidad me acompañó Mario, un colega enfermero y aprendiz de navegante. Él se autodenomina Contramaestre.
Para empezar el día se presentaba, a priori, bastante frío, con un viento leve del NNE, muy feo para nuestras costas porque lo único que se puede hacer son traveses.
De entradita el motor fuera de borda empezó fallando (no tiraba agua, por lo que supongo que debe andar mal la bomba de agua) . Como la falla no se hizo persistente salimos igual, total, izamos velas y ya . . .
Pero oh! sorpresa, pusimos proa al viento, izamos la mayor sin inconvenientes (pasando por el lazy casi sin trabarse, cosa que sucede a menudo) pero a la hora de izar la Genoa (Génova para los gallegos), por razones que pertenecen al "secreto de sumario" la misma quedó a medio stay de proa y la driza al tope del mástil. En ese momento me vino a la cabeza el lío que tuvo que hacer mi amigo Fernando cuando le pasó algo similar, situación que tuvo que solucionar con la generosidad de los muchachos del CAM (Club Amistad Marina) de Rosario.
Volviendo al problema, en ese momento por los designios de Murphy (ése de las Leyes) vino una ráfaga de viento Este (no se de dónde salió) y embolsó la genoa pegándonos una linda escorada que pudimos solucionar luego de varias maniobras que culminó con la vela en la proa y la bronca en mis venas.
Ya sin genoa y dispuestos a no perder la tarde (estabamos en medio del canal) arriamos la mayor, prendimos el motor y decidimos fondearnos enfrente y escuchar el partido de iba a sufrir Rosario Central para permanecer en la categoría A.
Tardamos como 40 minutos para fondear porque el ancla garreaba una y otra vez, hasta que finalmente sucumbió a los designios del insistente capitán del Rustigne.
Manzana va, manzana viene, pastafrola va, pastafrola viene, decidimos tentar a la suerte (y al motor) para ir hasta el Paraná Viejo. Pero nuevamente Murphy metió la cola y a la altura del Puntazo varamos !!!!!!!!
Técnicamente fue la primera varadura con la nueva tripulación, cuestión que pudimos sortear, no sin transpirar, escorando y "motoreando". Todo esto ante la mirada desaprensiva de todas las lanchas y cruceros que nos pasaban cerca y nos hacían unas lindas olitas los muy g.....h.s. Ninguno paró o intentó auxilio (cuando tenía la lancha NO hubiese dejado pasar la oportunidad de ayudar, pero bue.
Ya a estas alturas estaba con la bronca a tope (si sabía que nos ibamos a varar, por qué fuimos?????).
Emprendimos la vuelta con la impotencia de no poder navegar a vela pero como la necesidad te da ataques de inteligencia súbitas me pareció que podíamos izar la genoa con otra driza (la del spinnaker). Teniamos a esa altura viento de popa, izamos la genoa sola y con mucho placer navegamos hasta el Rowing. Antes de entrar izamos nuevamente la mayor y realizamos un par de cruces con vientos de través, lo que nos dió una velocidad extraordinaria y un placer inmenso (mi mejor navegación hasta el momento).


Lamentablemente el sol cayó muy rápido y el frío se apoderó de nuestras almas, por lo que decidimos entrar nomás y amarrar.
Aquí no termina todo, el motorcito empezó a embromar de nuevo (no sale agua del motor) por lo que practicamente amarramos casi con las manos (agarrándonos de cada poste que veíamos).
Dejamos todo como estaba con la esperanza que alguien (o sea yo) vaya durante la semana para dejar todo en orden.
De todas formas la experiencia fue muy enriquecedora de cara al próximo verano.


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