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martes, 22 de septiembre de 2009

Lo prometido es deuda ! (Conclusiones de un día agitado)

Luego de la tan mentada situación con el motor, llega el reposo de los guerreros (?).
Ya no queda nadie en el río, ni siquiera PNA.
Llegó la hora del retorno y uno mates amargos ! (amargos, siempre amargos, por qué amargos?????)

Luego de un día bravo poder retornar a casa (amarra), con el motor funcionando y en su lugar, podemos sentirnos afortunados. Afortunados de no haber perdido el motor, afortunados de no haber sufrido heridas (recuerden que el motor seguía funcionando mientras tratábamos que no se vaya al fondo del Paraná.
Afortunados porque pudimos ingresar a puerto a vela! Afortunados porque no hubo demasiados contratiempos a la hora de reemplazar el soporte por uno transitorio.

Afortunados por haber podido disfrutar, como tantas veces lo hemos hecho, de la majestuosidad del Río Paraná de noche.

Conclusiones:
1) El motor debe tener un cabo de vida.
2) El mantenimiento preventivo supera al control de calidad.
3) Hay que salir con tanque lleno.
4) Llevar todas las herramientas a bordo, incluyendo las eléctricas.
5) Mantener las baterías con carga.
6) No olvidar llevar torta y pastafrola (para el caso de "tener que quedarse a pernoctar;-)en la isla"

Nos vemos en la próxima, ta luego !




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lunes, 21 de septiembre de 2009

Otro día complicado, con final feliz.

Parece ser que el período de aprendizaje no termina nunca y está bueno que así sea, para estar siempre en alerta.

Ayer, luego de esperar un domingo con condiciones para salir a navegar (no solemante de vientos sino de tripulantes y horarios laborales) a eso de las 14 horas llegamos al Rowing con la intención de zarpar de inmediato.

La primera sorpresa (no, no fue encontrar tortugas de río por doquier) fue darnos cuenta que NO tenían carga las baterías, cuestión que quedará para un análisis posteriór del por qué. No quedó carga ni siquiera para la ecosonda, mucho menos para el estereo.

Igualmente decidimos salir dado que donde teníamos planeado llegar no ibamos a necesitar de la ecosonda y la música sería desplazada por el ruido del motor al remontar el río y el agua al regresar.

Munidos de los infaltables mates amargos (amargos, amargos, por qué amargos !!!!!!!!) por supuesto torta que la Almiranta puso en el bolso marinero. Fernando aportó facturas (por las dudas que la torta no fuera de su agrado, cosa que ocasionaría el inmediato "pase a disponibilidad" de Fernando en la lista de amistades de Nanci (la Almiranta).

Como dato de navegación, a motor, desde el Rosario Rowing Club (en adelante RCC) hasta Puerto Pirata frente a las costas de Granadero Baigorria, insumió cerca de hora y cuarto de navegación. La posibilidad de ir a vela era casi nula dada la escasez de viento y  la corriente.

Todo iba bien hasta que por un error de cálculo o bien por negligencia nos empezamos a quedar sin combustible casi llegando al banquito de arena que se encuentra río arriba del mencionado parador Pirata.

Sin entrar en pánico (dado que todavia nos quedaba las velas para retornar) le pedí a Fernando que apague el motor. En ese momento se desató la "hecatombe".

Mientras lo apagaba, la base de madera fenólica que lo soportaba CEDIÓ !!!!!!!!!! O sea se rompió!!!!!!! (Se "rotó" como diría mi hija Agustina, aludiendo a la palabra: "rompió").
En ese momento el motor cayó al inmenso y no menos profundo Río Paraná (por razones obvias no hay fotos de tan penoso hecho).

Estando el motor, aún encendido, casi por completo bajo agua, me entró la desesperación. Por suerte no entramos en pánico. Lo único que separaba esa situación del desastre total (léase el motor en el lecho del río) fue la manguera de combustible !!!!!! (sin dejar de mencionar y enarbolar el estoicismo de la ficha de conexión del combustible que lo bancó junto a los esfuerzos de Fernando). Lo único que quedaba fuera del agua por ese entonces era la caña con el acelerador. Ya a esa altura había largado el mate, la yerba, las facturas y la torta. Estaba férreamente asido de la caña como quien sostiene su pasaporte para volver a casa (si se llegaba a hundir, tenía que dormir en el barco, no me iban a dejar entrar a casa . . . ).

Por suerte pudimos recuperarlo y luego de la alegría inicial nos dimos cuenta que estábamos "al garete", "a la deriva", es decir, como Adán y Eva en el día de la Madre (en bolas y a los gritos). Pensamos varias opciones: 1) Avisar a Prefectura: no, muy dramático, lo dejamos como última opción; 2) Pedir auxilio a cualquier lancha que pasara: no pasó ninguna.; 3) Remar: no daba, estábamos del otro lado del río.; 4) Utilizar el poco viento norte que había para al menos cruzar hacia la costa de Granadero Baigorria de través (siempre es mejor estar cerca de casa). Esta fué la opción elegida.

Pusimos proa hacia Sailor, guardería náutica de Baigorria donde Fernando tiene su Delirante, otro H-20. En su barco tenía guardado un soporte de cedro auxiliar y herramientas. Por suerte (o por pericia) de Fernando, cruzamos con "vientito" de través y "apuntamos" a la entrada de la guardería y con la estropada llegamos casi dulcemente hasta el pontón. Maniobra perfecta.

Igualmente, si bien estábamos en terreno amigo, todavía no estaba todo terminado. Por supuesto y por Ley de Murphy (obviamente) los agujeros de la madera (soporte) no coincidían. Buscamos en vano una agujereadora dentro de la marina, pero nada, todos se había tomado el domingo en serio, es decir, no fueron a laburar.(los mecánicos de la guardería, todos tenemos derecho a descansar).

No me quedó otra que molestar a mi concuñado Marcelo, que con prestancia y celeridad se acercó desde la zona sur de la ciudad hasta donde estábamos, con la imprescindible agujereadora y la mecha adecuada.
A partir de allí la cosa empezaba a mejorar. Un vecino de amarra, con algún conocimiento de motores, nos indicó que antes de poner en marcha al motor, lo pusiéramos "pata arriba" (nada más exacto) sin las bujías y le diéramos un par de vueltas con la correa. Por supuesto (dado nuestra poco o nula experiencia en motores náuticos) lo hicimos y vimos cómo salía agua de los cilindros.

Luego de esto y ya bien caída la tarde (léase nos estábamos quedando sin luz natural) decidimos montarlo de una buena vez y ya !!!! que sea lo que Dios o el Capitán Nemo quiera.
Primera tirada de correa, nada, segunda nada, tercera nada. Hummmm!!! Bombeo nuevamente nafta, otro intento y quiso, pero nada.
Dos intentos mas y voilà !!!!!!! Arrancó !!!!! No es poca cosa teniendo en cuenta que tenía el certificado de defunción (asfixia por inmersión) casi firmado y la parca de los motores al acecho. Por suerte la de la guadaña mecánica se fue con las manos vacías (esta vez).

Lo dejamos calentar un poco y decidimos que era tiempo de regresar al RCC (por el fresquito y los mosquitos).

La navegación noctura fue la recompensa a tan agitado día. Cruzar el puente Rosario - Victoria de noche "ez uno de los grandez plazeres de la navegazión"(así con "z", como hablan los españoles), tal como reza el video de "A toda vela".

En el siguiente post subo las conclusiones y las fotos del puente.
Ta luego.
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